jueves, 26 de noviembre de 2009

Con pasaporte venezolano

No fue el trato del oficial de inmigración lo que más me molestó

No fue la forma en que pronunció las 5 sílabas de esa nacionalidad que llevo estampada en la frente

No fue que me haya preguntado por mi “carta de invitación” para comprobar que efectivamente sólo venía de visita a Barcelona

Ni siquiera fue su “no eres europea. No puedes viajar por Europa pensando que lo eres”...

Es el saber que esto es tan sólo el comienzo.

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¿Peores pasaporte que el venezolano? Sí hay. Pero no por mucho tiempo.

Punto.

(Estoy cansada de tener que pagar las culpas de los demás)

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