Como me ha pasado otras tantas veces, este post tenía semanas
engavetado (en borradores) esperando ver la luz. Y a pesar de que con el
destiempo pierde un poco el encanto, más vale tarde que nunca.
Un mes ha pasado desde que terminó ese "fatídico 2016" y aún hay quienes hablan de lo malo que fue ese año para el mundo. Aunque con diferentes matices (y a pesar de que para algunos fue grandioso) el sentimiento colectivo es más o menos el mismo: 2016 fue un año de merde. Y sí que lo fue. Trajo desgracias naturales, se perdieron muchas vidas, la estupidez, el odio y el resentimiento se demostraron en su máxima expresión y la intolerancia alcanzó niveles gravísimos. Viéndolo desde esta perspectiva, el saldo de 2016 no es para nada positivo (y a juzgar por este primer mes, el 2017 tampoco pinta muy bien).