miércoles, 21 de septiembre de 2016

Cuantificando


56 días
11 idas al aeropuerto
17 abrazos felices de reencuentros y bienvenidas
16 abrazos tristes de "feliz viaje, que te vaya muy bien"
Incontables buenos momentos vividos y unas cuantas promesas de "nos veremos muy pronto"
...

Después de un maravilloso mes y 25 días rodeada de algunas de las personas que más quiero en el mundo, me he vuelto a quedar conmigo.

Mi habitación ya no está llena de zapatos por todas partes y maletas debajo de la cama. 

He recogido y guardado el colchón inflable que estaba en el medio del cuarto y me impedía abrir el armario por las mañanas. 

El vaso del baño donde pongo los cepillos de dientes ya no está atiborrado y  me parece que tengo mucha comida en la nevera.

Mi armario vuelve a tener espacio para mis cosas de invierno y la cama se siente como una inmensa sabana ahora que vuelve a ser solo para mi.

Ya no tengo quién me pregunte "qué quieres desayunar hoy" ni quien me de un beso y un "que tengas un buen día, hija".

Tampoco tengo que ir al hotel cuando salgo del trabajo ni quedadas todos los días para cenar.

Poco a poco volveré a la rutina. Ya no tengo excusas para no ir al gym, ni para beber todos los días. He comenzado a llenar la agenda con mil planes para hacer de todo y no pensar. No extrañar.

Entender que hay sacrificios que son necesarios, aprender a sustituir unas tristezas por otro tipo de felicidades y agradecer siempre. De eso se trata esto. 
Esto de ser emigrante.


3 comentarios:

  1. La casa se hace mucho más grande de lo que siempre fué... Me pasó hace dos años y me pasará dentro de unas semanas... Pero tranquila marica que viene el invierno y la gente ya empieza a buscar potenciales empiernes!!! Es momento de salir de cacería!!!

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