miércoles, 11 de julio de 2012

Debo confesarme...


Perdóname padre porque he pecado…

Y de la forma más vulgar y descarada.

Después de tanto criticar, señalar y juzgar, he caído en lo mismo. Me he sumado al grupo de los venezolanos corruptos.

Sí, lo confieso. Soy una corrupta. Y lo soy porque me atrapó el sistema. Porque me di cuenta de que intentar evitarlo toda la vida es imposible.


Porque después de esperar casi 2 años por la instalación de un servicio que se supone "público", tuve que pagarle a alguien para que me hiciera el "favorsito" y me solucionara el problema.

Lo más triste de todo es que lo hice estando consciente de que estaba mal. Consciente de que lo único que logro con eso es perpetuar y mantener ese podrido sistema. Yo sé que no debía hacerlo pero entonces, ¿qué hacía? Es imposible luchar cuando en este país se premia al tramposo, al chanchullero. Y a quien intenta hacer las cosas bien se le castiga con 2 años de espera.

Hoy me siento mal. Moralmente muy mal. Pero a pesar de eso estoy feliz porque por fin tengo lo que había estado esperando. ¿Bipolaridad? ¡No! simplemente esa doble moral con la que vivimos los venezolanos.

Entonces me pongo a pensar en cuántas veces he sido corrupta estando consciente de ello. No nos confundamos, corrupto no es sólo el que le roba al Estado. Corrupto también es quién paga para conseguir el pasaporte (licencia, cédula, planilla, etc), quien le paga al policía para que no le ponga una multa, quien se roba el cable de Directv o el internet del vecino, quien cobra más de lo que debe por un trabajo para quedarse unos “realitos”, y pare usted de contar.

El problema aquí es que la corrupción se ha vuelto parte de nuestro día a día. Somos una sociedad enferma que ha perdido sus principios y valores. Nos justificamos constantemente diciendo que ese es el sistema que funciona, y aunque en cierto sentido es verdad, no podemos conformarnos con esa excusa.

Todos hemos sido corruptos por lo menos alguna vez, pero el hecho de que sea una práctica frecuente no significa que sea bueno. Y he ahí nuestro principal problema, que lo común, aunque malo, se haya convertido en lo normal. Al menos aprendamos a "aceptar que tenemos un problema" como sociedad; ese es un buen comienzo para impulsar el cambio.

2 comentarios:

  1. Para que te entre un fresquito... F, un jardinero genial que tiene una pequeña empresa y al que le tengo profundo aprecio, fue multado por el SENIAT con Bs. 25.000,00 Pudo solucionarlo, dándole Bs. 10.000,00 al funcionario de turno. No lo hizo. Dijo que si paga una vez lo van a tener fregado siempre. Así que, prepara su defensa, pide que le fraccionen la multa, demora, ejerce su derecho a pataleo y sacrifica Bs. 15.000,00 por una cuestión de honor.
    Tu cuestionamiento es correcto. Creo que es un buen punto para reflexionar. Un beso para otra mujer que lucha por esta patria.

    ResponderEliminar
  2. Eso es, querida Vanessa porque nos hemos repetido una mentira (no sólo en tu país, sino en la humanidad) y una mentira repetida toma la fuerza de una verdad... pero nunca lo será.
    Besos

    ResponderEliminar